Suecia: La economía echa el freno de mano en el primer trimestre
La economía sueca empezó el año 2025 con mal pie: el crecimiento desestacionalizado del PIB se detuvo en el primer trimestre en términos intertrimestrales, según las cifras preliminares de la Oficina de Estadística. En términos anuales, el PIB desestacionalizado creció un 1,1% en el primer trimestre, la mitad del 2,2% del cuarto trimestre, lo que también sorprendió a los mercados.
Aunque los detalles de la publicación aún están pendientes, la lectura secuencial parece haber sido impulsada por un resultado más débil del sector industrial. La producción de las fábricas cayó respecto a la media del cuarto trimestre en enero-febrero, lastrada por la menor demanda mundial de automóviles. No obstante, la creciente carrera armamentística europea y la concentración de las exportaciones en previsión de los aranceles estadounidenses impulsaron las exportaciones de bienes a un ritmo secuencial más rápido en enero-febrero que en el cuarto trimestre, poniendo coto a la ralentización. Mientras tanto, el gasto privado probablemente siguió siendo favorable; los recientes recortes de intereses por el Riksbank habrán reforzado los presupuestos de los hogares -dada la gran proporción de hipotecas variables del país- compensando en gran medida los lastres de una mayor tasa de desempleo y un crecimiento más débil de los salarios reales en enero-febrero. El 30 de mayo se publicará un desglose más completo de los datos de las cuentas nacionales para el cuarto trimestre.
Nuestro consenso es que la economía recupere su equilibrio en términos secuenciales en el segundo trimestre y mantenga un fuerte impulso hasta el cuarto trimestre. En consecuencia, nuestros panelistas consideran que el crecimiento del PIB se acelerará este año hasta más que duplicar el ritmo de 2024, con un sólido crecimiento de los salarios reales, una política fiscal expansiva, recortes de los tipos de interés y una mayor demanda de la UE como principales vientos de cola. Aun así, el crecimiento del PIB previsto para 2025, el más alto de los últimos cuatro años, no alcanzará la media decenal anterior a la pandemia (2,5%), ya que el creciente proteccionismo en EE.UU. frena el crecimiento de las exportaciones. Un malestar prolongado en el sector manufacturero alemán y un mayor deterioro del entorno comercial mundial son riesgos a la baja.
Torbjörn Isaksson, de Nordea, comentó: «En general, la recuperación gradual de la economía sueca comenzó en el tercer trimestre de 2024, el crecimiento fue saludable en el cuarto trimestre, mientras que el flash indica un PIB sin cambios a principios de año. El camino lleno de baches forma parte de una recuperación gradual. Además, se trata de una estimación flash y las cifras deben tomarse con pinzas. Lo más importante es que las perspectivas de crecimiento se han vuelto más inciertas debido a las turbulencias mundiales. Si el crecimiento se deteriorara en el futuro, el Riksbank podría plantearse bajar los tipos».