Rusia: El PIB se contrae a un ritmo menor de lo previsto en 2022
Según una estimación preliminar, el PIB se contrajo un 2,1% interanual en 2022 (2021: +5,6%). El resultado sorprendió al alza a la mayoría de los analistas del mercado. La economía se comportó notablemente mejor de lo esperado frente a las sanciones internacionales y los costes directos relacionados con la guerra el año pasado, principalmente gracias a los elevados precios de sus exportaciones energéticas y a los estrictos controles de capital aplicados a principios de 2022. En particular, la nueva legislación rusa permite al Gobierno suspender la publicación de estadísticas oficiales, lo que plantea cuestiones relativas a la fiabilidad de los datos en el futuro. Los datos de las cuentas nacionales publicados por Rosstat no incluían datos trimestrales y sólo ofrecían un desglose parcial por gastos para los datos anuales. Según el comunicado, el gasto privado se contrajo un 1,8% interanual en 2022, en contraste con una expansión del 10,0% en 2021. Además, el crecimiento de la actividad inversora se desaceleró hasta el 5,2% este año, frente al 9,1% de 2021. Mientras tanto, el crecimiento del gasto público se redujo ligeramente, situándose en el 2,8% en 2022, frente al 2,9% del año anterior, probablemente impulsado por el gasto militar. El descenso de la demanda interna se debió a las sanciones internacionales, la movilización parcial y el éxodo de capitales del país tras la invasión rusa de Ucrania. Aunque no se publicaron datos del sector exterior, los elevados precios de la energía deberían haber apoyado las exportaciones a lo largo del año.
Se prevé que la economía siga en recesión este año debido a las persistentes sanciones internacionales, incluidas las prohibiciones de los países occidentales a las importaciones rusas de energía, las probables nuevas oleadas de movilizaciones y el continuo aislamiento de Rusia de los mercados mundiales. La disminución de los ingresos procedentes de las importaciones energéticas hará mella en los ingresos públicos, limitando su capacidad para estimular la economía y pudiendo impedir que el Banco Central recorte el tipo de interés.
Más adelante, la guerra entre Rusia y Ucrania es un factor clave que hay que vigilar. Al comentar las perspectivas, los analistas de Scope Ratings afirmaron: “La economía rusa se enfrenta a un segundo año consecutivo de recesión en 2023, que probablemente será significativamente más grave que la contracción del 0,8% prevista en el último presupuesto del Gobierno, que se basa en un precio medio del petróleo optimista de 70 USD por barril”, y los analistas de Unicredit añadieron: “Esperamos que la economía rusa se contraiga en torno al 5% en 2023, con la demanda exterior arrastrando más a la actividad económica que la demanda interna. El consumo privado podría caer en medio de unas condiciones financieras más restrictivas, mientras que se espera que los salarios reales se estanquen debido a la menor inflación. Es probable que la desinflación continúe en medio de una débil demanda de consumo, frenada por la posible depreciación del RUB.”