República Dominicana: La actividad económica pierde fuelle en diciembre, señal de una ralentización en el cuarto trimestre
La actividad económica creció un 10,6% interanual en diciembre (noviembre: +13,1% interanual). El resultado de diciembre sitúa el crecimiento de la producción en el 11,1% en el cuarto trimestre, ligeramente por debajo del 11,4% registrado en el tercer trimestre. En el conjunto de 2021, la economía creció un 12,3%, recuperándose de la caída del 6,7% registrada en 2020 y superando los niveles anteriores a la pandemia. Si se observa un desglose sectorial, la ralentización se produjo en medio de un descenso de la producción de la minería y la explotación de canteras. Además, tanto la fabricación en zonas francas como la actividad de servicios crecieron a un ritmo más suave. Por el contrario, las manufacturas locales, la agricultura y la construcción ganaron impulso en el trimestre.
Mientras tanto, la tendencia mejoró, con un crecimiento medio anual de la actividad económica del 12,3% en diciembre, frente al 11,2% de noviembre.
En cuanto a las perspectivas para 2022, los analistas de EIU señalaron: “A corto plazo, el crecimiento se verá impulsado principalmente por la reapertura de la economía a medida que se acerque la finalización del despliegue de la vacuna Covid-19. A su vez, esto impulsará el gasto de los consumidores y apoyará un sólido crecimiento de la inversión en infraestructuras. Esto, a su vez, impulsará el gasto de los consumidores y apoyará el fuerte crecimiento de la inversión en infraestructuras. Las exportaciones turísticas también aumentarán a medida que la recuperación económica traiga consigo una normalización de las llegadas de turistas. El crecimiento de las entradas de remesas de los trabajadores seguirá siendo fuerte a medio plazo, lo que apoyará el consumo privado” Sin embargo, todavía ven aparecer algunos obstáculos al crecimiento este año:
“Los vientos cíclicos en contra del crecimiento procederán principalmente del endurecimiento de la política fiscal del Gobierno en 2022, ya que la necesidad de preservar la estabilidad macroeconómica precipita el desmantelamiento de las medidas de estímulo posteriores a la pandemia. Enfrentadas a un espacio fiscal cada vez más limitado, las autoridades están recurriendo a la cautela fiscal con el fin de reservar un gasto suficiente para los programas sociales y los proyectos de capital público de manera sostenible. Es probable que el Gobierno aumente los impuestos a medio plazo y recorte las subvenciones públicas, lo que frenará la demanda agregada.”