Reino Unido: El Banco de Inglaterra mantiene los tipos y el volumen total de compras de activos sin cambios en mayo, pero reduce el ritmo de compra de bonos
En su reunión finalizada el 5 de mayo, el Banco de Inglaterra (BoE) mantuvo el tipo de interés bancario en el mínimo histórico del 0,10%, donde lleva desde marzo de 2020. Además, el Banco acordó mantener el stock total de bonos corporativos con grado de inversión y de deuda pública británica en 895.000 millones de libras esterlinas. Sin embargo, el BoE decidió reducir el ritmo de compra de bonos.
Por un lado, la mejora del panorama interno gracias a la extensión de la vacunación llevó al Banco a mejorar notablemente su previsión de crecimiento del PIB para 2021 (del 5,0% al 7,3%) y significó que no estaba justificada una mayor relajación monetaria. Por otra parte, la decisión de reducir las compras de bonos – aunque el Banco subrayó que esto no debe interpretarse como un cambio en la política monetaria – al menos señaló que las autoridades están relajadas sobre el impacto del aumento de los rendimientos de los bonos y confían en la fortaleza de la recuperación. Sin embargo, aún era prematuro subir los tipos o reducir el volumen total de compras de activos, debido a la incertidumbre aún elevada relacionada con el virus.
La política monetaria se volvió más agresiva y sugirió que la preocupación por la baja inflación había disminuido: En su comunicado, el Banco de Inglaterra sustituyó la promesa de la última reunión de tomar «medidas adicionales» si la inflación se debilitaba, afirmando en su lugar que simplemente tomaría «cualquier medida que sea necesaria para cumplir con su cometido». Nuestros panelistas siguen considerando que el tipo de interés bancario se mantendrá en su nivel actual hasta 2023, aunque es probable que antes se reduzca el programa de expansión cuantitativa. Según Kallum Pickering, economista senior de Berenberg: «Esperamos que la primera subida de tipos desde su actual mínimo histórico del 0,1% se produzca en 2023. Sin embargo, con la ampliación de sus instrumentos -incluidas las políticas crediticias y las herramientas macroprudenciales-, los primeros pasos hacia una política monetaria y financiera menos agresiva podrían darse en 2022″. Los riesgos al alza para el crecimiento y la inflación sesgan las posibilidades de la primera subida de tipos hacia finales de 2022.»