Portugal: Las elecciones parlamentarias aportarán continuidad política a pesar de la fragmentación política
– Se espera que la Alianza Democrática salga victoriosa, apoyada por el partido de extrema derecha Chega. – Debería garantizarse una amplia continuidad política, aunque con un mayor énfasis en las iniciativas económicas favorables al mercado. – El bloqueo político en caso de que fracase un pacto con Chega es un factor clave que hay que vigilar.
El 10 de marzo se celebrarán elecciones legislativas anticipadas. La votación debía celebrarse en 2026, pero el Presidente Marcelo Rebelo de Sousa convocó elecciones anticipadas tras la dimisión del Primer Ministro del Partido Socialista (PS), António Costa. La tercera etapa de Costa como primer ministro se vio empañada por escándalos e inestabilidad política -incluida la dimisión de varios miembros del gobierno- y se interrumpió el 7 de noviembre a raíz de una investigación por corrupción en su círculo más íntimo. Las elecciones son una competición a dos bandas entre el PS, liderado ahora por el ex ministro de Infraestructuras y Vivienda Pedro Nuno Santos, y la Alianza Democrática (AD) de centro-derecha -una coalición entre el Partido Socialdemócrata (PSD) y dos partidos minoritarios- liderada por el diputado Luís Montenegro. Sin embargo, la inestabilidad política ha provocado un fuerte aumento del apoyo al partido populista de extrema derecha Chega, que podría convertirse en el tercer partido del Parlamento tras las elecciones.
El PS y AD están prácticamente empatados en las encuestas. Sin embargo, ninguno de los dos obtendrá la mayoría por sí solo, lo que significa que un nuevo gobierno dependerá probablemente del apoyo de partidos situados en los extremos del espectro político. Actualmente, se prevé que la derecha tenga mayoría en el Parlamento, y que AD necesite el apoyo de Chega para gobernar con eficacia. Montenegro ha insistido en que un pacto con Chega está descartado; aun así, podría ser la única alternativa viable a un gobierno en minoría o a la repetición de las elecciones.
El Parlamento aprobó el presupuesto para 2024 a finales de noviembre. Así pues, la política económica a corto plazo ya está perfilada; en concreto, el presupuesto prevé una relajación fiscal de más del 1% del PIB -similar al superávit del 0,8% previsto para 2023- mediante recortes fiscales y subidas de los salarios públicos. La balanza fiscal debería seguir registrando un ligero superávit, y el ratio deuda pública/PIB debería reducirse en comparación con 2023. Más allá de 2024, Portugal debería seguir cumpliendo los objetivos de la UE en materia de deuda pública y déficit presupuestario, ya que los dos principales partidos se han comprometido a mantener la prudencia fiscal; esto debería impulsar la confianza de los inversores y permitir al nuevo Gobierno garantizar nuevas entradas de fondos de recuperación de la UE tras la pandemia. Dicho esto, un Gobierno liderado por AD pondría más énfasis en las políticas económicas favorables al mercado. La AD se ha comprometido a reducir el tipo del impuesto de sociedades del 21% al 15% para 2026, bajar el tipo del impuesto sobre la renta para los jóvenes y conceder una exención fiscal equivalente a un mes de salario a los trabajadores con mejores resultados. El candidato de AD afirmó que estas reformas permitirán que el crecimiento económico anual supere la media de la última década. En caso de que Chega se asegure un papel en el gobierno liderado por AD, cabría esperar una mayor atención a la inmigración, la sanidad y las reformas para reducir la corrupción; alrededor de un tercio de las propuestas del partido se refieren a los sistemas judicial y sanitario. Un gobierno liderado por el PS garantizaría el máximo grado de continuidad de la política económica en la era post-Costa. Santos se ha comprometido a aumentar el salario mínimo a 1.000 euros para 2028, lo que supondría un aumento total de unos 500 euros desde que los socialistas llegaron al poder en 2015. Además, el partido pretende impulsar la productividad mediante incentivos a las industrias con mayor valor añadido y salarios más altos.
Los analistas de la EIU comentaron el resultado electoral y la continuidad de la política económica: “Seguimos esperando que las elecciones generales anticipadas del 10 de marzo de 2024 den lugar a una mayor fragmentación y polarización política […] El resultado más probable es un gobierno liderado por el PSD y apoyado por el populista de extrema derecha Chega (Basta). […] El resultado más probable es un gobierno liderado por el PSD y apoyado por el populista de extrema derecha Chega (Basta). Todos los partidos principales están comprometidos con la prudencia fiscal, lo que debería garantizar que Portugal siga cumpliendo los objetivos de déficit presupuestario y deuda pública de la UE y asegure un flujo continuo de fondos para la recuperación tras la pandemia.”