Lituania: El crecimiento del PIB registra en el primer trimestre su nivel más alto en dos años
La segunda publicación de la contabilidad nacional confirmó que el crecimiento del PIB desestacionalizado y ajustado al calendario se aceleró hasta el 2,9% interanual en el primer trimestre, frente al 0,1% del cuarto trimestre del año pasado. La lectura del primer trimestre marcó el repunte más rápido desde el primer trimestre de 2022. En términos intertrimestrales desestacionalizados, la actividad económica repuntó, creciendo un 0,8% en el 1T y contrastando con la contracción del 0,2% del trimestre anterior. La lectura del 1T marcó el mejor resultado desde el 2T 2023.
El consumo privado se aceleró hasta el 3,3% interanual en el primer trimestre (4T 2023: +1,1% interanual), apoyado por una fuerte moderación de la inflación y una mayor confianza de los consumidores. Menos positivamente, el consumo público se contrajo un 0,6% en el 1T (4T 2023: +0,1% interanual), y el crecimiento de la inversión fija se desplomó al 3,3% en el 1T desde el 13,3% registrado en el trimestre anterior.
En el frente exterior, las exportaciones de bienes y servicios repuntaron, creciendo un 0,5% interanual en el primer trimestre, lo que supuso la mejor lectura desde el 2T 2023 (4T 2023: -4,4% interanual). Por su parte, las importaciones de bienes y servicios cayeron a un ritmo más moderado del 4,0% en el primer trimestre (4T 2023: -6,2% interanual).
En 2024, la economía lituana debería volver a crecer tras la recesión de 2023, la peor desde 2009. El repunte del gasto privado apuntalará la recuperación, impulsado por el crecimiento de los salarios y la caída de las presiones sobre los precios. Un mayor gasto público añadirá un nuevo impulso. No obstante, las condiciones de financiación, aún restrictivas, frenarán la inversión en capital fijo, y las exportaciones sólo registrarán una tímida recuperación, ya que la demanda exterior seguirá siendo débil en el primer semestre del año.
Los analistas de EIU comentaron los riesgos de las perspectivas: «Entre los riesgos a la baja a los que se enfrentan las industrias europeas figuran las perturbaciones tecnológicas en el sector del automóvil, con Alemania y Europa central siendo lentas en su transición hacia los vehículos eléctricos. Otro riesgo se deriva del aumento de los riesgos geopolíticos derivados del conflicto entre Israel y Hamás y de las perturbaciones en el Mar Rojo, que pueden poner en peligro el suministro de petróleo y gas natural a Europa (no es nuestra previsión principal). En el lado positivo, el incipiente sector lituano de servicios financieros y externalización tecnológica podría impulsar el crecimiento de forma significativa si la demanda mundial de digitalización y servicios en la nube supera las expectativas.»