India: La economía registra en el primer trimestre de 2022 el menor aumento desde el primer trimestre de 2021
El crecimiento del PIB perdió impulso, cayendo al 4,1% interanual en el primer trimestre, frente al 5,4% del cuarto trimestre del año pasado. La lectura del primer trimestre fue la más lenta en un año. La desaceleración se debió a un efecto de base, ya que en términos intertrimestrales desestacionalizados el crecimiento prácticamente no varió. La cifra de crecimiento significó que, en el conjunto del año fiscal 2021, la economía creció un 8,7%. El crecimiento del consumo privado cayó al 1,8% en el primer trimestre, marcando la expansión más débil desde el cuarto trimestre de 2020 (cuarto trimestre de 2021: +7,4% interanual). El gasto de los consumidores se vio probablemente afectado por la tercera ola de Covid-19 que asoló el país a principios del trimestre, así como por el aumento de la inflación. El gasto público se aceleró hasta un aumento del 4,8% en el primer trimestre (4T 2021: +3,0% interanual), mientras que el crecimiento de la inversión fija mejoró hasta el 5,1% en el primer trimestre, frente al aumento del 2,1% registrado en el trimestre anterior.
El crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios cayó al 16,9% en el 1T, lo que supone el peor resultado desde el 1T 2021 (4T 2021: +23,1% interanual). Además, el crecimiento de las importaciones de bienes y servicios se moderó hasta el 18,0% en el 1T (4T 2021: +33,6% interanual), marcando la lectura más baja en un año.
Al comentar las perspectivas del PIB indio, los analistas de Nomura señalaron: “El constante desmantelamiento de las restricciones Covid y el retorno de la demanda de servicios intensivos en contactos deberían seguir siendo los motores dominantes del crecimiento en los próximos trimestres. En particular, esperamos que esto se materialice en el sector de comercio, hostelería, transporte y comunicaciones, que sigue estando 5,8 puntos porcentuales por debajo de los niveles anteriores a la pandemia y representa [alrededor de] el 18% del PIB. Además, los efectos retardados de unas condiciones financieras favorables y la atención prestada por el Gobierno a la inversión en capital deberían ser propicios para el sector de la construcción. Un repunte del crecimiento real del crédito bancario (y de los depósitos), impulsado por las necesidades de capital circulante y el aumento de los préstamos minoristas, debería ser un buen augurio para los servicios financieros. […] Existen algunos riesgos por el lado de la oferta, como la actual crisis del carbón y la escasez de energía, que pueden obligar a las empresas a frenar la producción o a encontrar fuentes de energía más caras (por ejemplo, generadores diesel)”.