Finlandia: La economía finlandesa entra en una recesión poco profunda en el cuarto trimestre
El PIB cayó a un ritmo más rápido del 0,4% en tasa intertrimestral desestacionalizada en el cuarto trimestre, por debajo de la contracción del 0,2% registrada en el tercer trimestre. La lectura del cuarto trimestre marcó la caída más pronunciada desde el segundo trimestre de 2020 y el segundo trimestre consecutivo de descenso.
En el ámbito nacional, la desaceleración fue generalizada. El consumo privado se mantuvo moderado debido al aumento de la inflación, el mayor pesimismo de los consumidores y la subida de los tipos de interés, y cayó un 0,6% en el último trimestre (3T: -0,6% intertrimestral). Más aún, el consumo público cayó al ritmo más brusco desde el segundo trimestre de 2020, contrayéndose un 0,6% (3T: +0,7% interanual trimestral). Por último, la inversión fija se contrajo un 2,1% en el cuarto trimestre, pasando a la contracción tras la expansión del 1,4% del tercer trimestre.
Además, el debilitamiento de la demanda exterior en un contexto de ralentización de la economía de la UE lastró el sector exterior. Las exportaciones de bienes y servicios se contrajeron un 2,2% en el cuarto trimestre. Las importaciones de bienes y servicios también cayeron a un ritmo más pronunciado del 2,2% en el 4T (3T: -1,3% intertrimestral), lo que apunta a un deterioro sostenido de la demanda interna.
En términos anuales, la actividad económica cayó un 0,4% en el cuarto trimestre, en contraste con la expansión del 1,6% del trimestre anterior. Dicho esto, la lectura se vio probablemente influida por un elevado efecto de base.
De cara al futuro, nuestro panel considera que la economía finlandesa sigue en estado de hibernación, y que es probable que el crecimiento siga contrayéndose en el primer trimestre. La inflación se mantendrá por encima del objetivo del 2,0% este año, agotando el gasto de los consumidores. En particular, el elevado coste de la energía seguirá siendo un problema para los hogares finlandeses. Además, el declive económico debería frenar el mercado laboral, haciendo aún más mella en el consumo. Mientras tanto, el estancamiento de la economía de la UE, sobre todo en el primer semestre de 2023, así como las sanciones a Rusia y Bielorrusia, dificultarán el crecimiento del sector exterior. El endurecimiento de las condiciones de financiación a escala mundial, la volatilidad de los precios de la energía y la rigidez de la inflación plantean importantes riesgos para las perspectivas.