Estados Unidos: El PIB registra en el primer trimestre la mayor contracción desde el segundo trimestre de 2020, pero las condiciones subyacentes son sólidas
El PIB se contrajo un 1,4% en términos de tasa anualizada desestacionalizada (TEA) en el primer trimestre, por debajo de la expansión del 6,9% registrada en el cuarto trimestre del año pasado. La lectura del primer trimestre marcó el peor resultado desde el segundo trimestre de 2020. Dicho esto, la lectura se debió principalmente al auge de las importaciones y a la menor inversión en inventarios privados, y las condiciones subyacentes seguían siendo saludables.
El crecimiento del consumo privado se aceleró hasta el 2,7% SAAR en el primer trimestre, lo que supuso la mejor lectura desde el segundo trimestre de 2021 (cuarto trimestre de 2021: +2,5% SAAR). La solidez del mercado laboral y el ahorro de los hogares mantuvieron el consumo a flote en el primer trimestre, a pesar del aumento de la inflación y de la oleada de Omicron Covid-19 a principios del periodo. Por el contrario, el consumo público cayó un 2,7% (4T 2021: -2,6% SAAR), debido a la reducción del gasto en defensa y al retroceso de los programas federales de apoyo. Mientras tanto, el crecimiento de la inversión fija se aceleró hasta el 7,3% en el primer trimestre, desde la expansión del 2,7% registrada en el trimestre anterior, gracias a una mayor inversión en bienes de equipo. Las exportaciones de bienes y servicios cayeron un 5,9% SAAR en el primer trimestre, por debajo de la expansión del 22,4% del cuarto trimestre. En cambio, el crecimiento de las importaciones de bienes y servicios siguió siendo rápido, del 17,7% en el primer trimestre (cuarto trimestre de 2021: +17,9% SAAR).
En términos anuales, el crecimiento económico se moderó al 3,6% en el 1T, frente al 5,5% del periodo anterior. La lectura del 1T marcó la peor lectura desde el 1T 2021.
Thomas Feltmate, economista jefe de TD Economics, comentó lo siguiente: “Se ha estado hablando de recesión, y es probable que el dato negativo del PIB de esta mañana avive aún más esos temores. Aunque no se puede descartar la posibilidad de una recesión en 2023, el impulso actual de la economía sigue siendo demasiado fuerte para que las cosas decaigan de repente. El mercado laboral sigue tan tenso como siempre, lo que se traduce en aumentos salariales saludables que ayudan a aislar parcialmente a los hogares del encarecimiento de los alimentos y la energía. Además, los últimos datos sobre construcción de viviendas, producción industrial y pedidos de bienes duraderos apuntan a un impulso continuado de la demanda interna en el segundo trimestre. Esperamos que el PIB repunte por encima del 2% (anualizado) en el segundo trimestre”.