Alemania: El PIB vuelve a contraerse en el cuarto trimestre
Según una lectura preliminar, Alemania continuó con su tendencia a entrar y salir del estancamiento a finales de 2024, con una contracción del 0,2% intertrimestral desestacionalizada en el cuarto trimestre (tercer trimestre: +0,1 intertrimestral anual). El descenso fue más acusado de lo que habían previsto los mercados y volvió a ser el más débil entre las grandes economías de la zona euro. En términos anuales, la actividad económica cayó un 0,4% en el cuarto trimestre, oscilando desde el crecimiento del 0,1% del periodo anterior. Como resultado, la economía se contrajo por segundo año consecutivo en 2024, con una caída del 0,2% (2023: -0,3% interanual).
Aunque no ofrece un desglose completo, la oficina estadística señaló que el retroceso trimestral de Alemania reflejaba un fuerte descenso de las exportaciones de bienes y servicios. En cambio, el gasto público y privado siguió creciendo en el trimestre. Los datos mensuales lo confirman, ya que las exportaciones de bienes cayeron a un ritmo secuencial más pronunciado en octubre-noviembre respecto a los tres meses anteriores que en el 3T respecto al 2T. Por su parte, las ventas al por menor aumentaron con respecto a la media del 3er trimestre en el mismo periodo de dos meses, probablemente impulsadas por el sólido crecimiento de los salarios reales hasta noviembre y la relajación monetaria en curso. El desglose completo de las cifras del PIB se publicará el 25 de febrero.
Nuestro panel espera que la economía alemana registre una mejora en el primer trimestre de 2025, ya que la demanda interna se beneficia del sólido crecimiento de los salarios reales y de unas condiciones de financiación más laxas. A continuación, el crecimiento repuntará, pero el prolongado malestar en el sector industrial clave mantendrá el impulso por debajo de la tendencia general en 2025, y la economía debería seguir siendo la de peor rendimiento del G7. El resultado de las elecciones de febrero es un factor a vigilar, aunque independientemente del resultado, es probable que los cambios políticos sean lentos y no deberían tener más que un impacto limitado en los principales problemas estructurales que lastran la economía. Un proteccionismo estadounidense más fuerte de lo esperado bajo la presidencia de Trump es un riesgo a la baja.