Alemania: El crecimiento económico se suaviza más de lo previsto en el tercer trimestre
La economía alemana creció un 1,7% intertrimestral desestacionalizado en el tercer trimestre. El crecimiento fue inferior a la estimación previa del 1,8% y al aumento del 2,0% del segundo trimestre. En términos anuales, la economía creció un 2,5% en el tercer trimestre, por debajo del 10,4% del segundo. La expansión trimestral se debió únicamente al consumo de los hogares, que creció un 6,2% en el periodo anterior (2T: +3,8% intertrimestral). A pesar del aumento de la inflación, el gasto se vio favorecido por la relajación de las restricciones y la rigidez del mercado laboral. Sin embargo, la demanda interna se vio frenada por la contracción del consumo público y de capital. El gasto público cayó un 2,2% con respecto al trimestre anterior, lo que supone una inflexión con respecto al aumento del 4,6% del segundo trimestre. La inversión fija, por su parte, también cayó un 2,2% respecto al periodo anterior, tras el aumento del 1,2% registrado en el segundo trimestre. En cuanto al sector exterior, las exportaciones de bienes y servicios cayeron un 1,0% intertrimestral en el tercer trimestre, frente al aumento del 0,6% registrado en el segundo. Es probable que las exportaciones se vieran frenadas por los estrangulamientos de la oferta que pesan sobre el sector industrial. Las limitaciones de la oferta probablemente también obstaculizaron las importaciones de bienes y servicios, que se contrajeron un 0,6% intertrimestral en el tercer trimestre, tras aumentar un 2,2% en el segundo.
Por lo que respecta al cuarto trimestre, la persistencia de los estrangulamientos de la oferta y el endurecimiento de las restricciones de Covid-19 probablemente cerrarán 2021 con una nota negativa. La subida de los precios de la energía, que alimenta la inflación, podría hacer aún más mella en el gasto de los hogares. De cara al futuro, la economía alemana debería registrar mejores resultados el próximo año en el marco de la recuperación retardada, ya que los estrangulamientos de la oferta disminuirán en el segundo semestre, impulsando el sector industrial y las exportaciones de bienes. Además, la rigidez del mercado laboral seguirá apoyando el crecimiento de los salarios y el gasto de los consumidores. Por otra parte, el acuerdo de coalición del nuevo Gobierno debería propiciar una mayor inversión pública en infraestructuras, vivienda y modernización industrial. Esto, unido al aumento propuesto del salario mínimo y al gasto en infraestructura digital, debería impulsar aún más la economía.