Finlandia: El PIB registra en el tercer trimestre su mayor contracción desde el segundo trimestre de 2020
El PIB cayó un 0,2% en tasa intertrimestral desestacionalizada en el tercer trimestre, en contraste con la expansión del 1,0% observada en el segundo. La lectura del tercer trimestre fue la peor en más de dos años, cuando la pandemia de Covid-19 asoló la economía. El consumo privado se contrajo un 0,3% en el tercer trimestre, el peor resultado desde el cuarto trimestre de 2020 (2T: +2,0% intertrimestral). El creciente pesimismo de los consumidores -que en septiembre alcanzó el nivel más bajo desde el inicio de la serie en 1995- y el aumento de la tasa de desempleo desalentaron el gasto de los hogares frente a una inflación elevada desde hace décadas. Mientras tanto, el crecimiento del consumo público se suavizó, con una expansión del 0,2% (2T: +0,9% interanual trimestral). Más positivo fue el repunte de la inversión fija, que creció un 2,1% en el tercer trimestre, frente al descenso del 2,0% registrado en el trimestre anterior. Prácticamente todos los subsectores volvieron a crecer, registrándose las expansiones más notables en la inversión en edificios residenciales, sistemas de armamento e ingeniería civil y mejoras del terreno. En el frente exterior, el crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios se aceleró hasta un 1,5% intertrimestral desestacionalizado en el tercer trimestre, lo que supuso la mejor lectura desde el cuarto trimestre de 2021 (segundo trimestre: +1,1% intertrimestral anual). Por el contrario, las importaciones de bienes y servicios se deterioraron, contrayéndose un 1,2% en el tercer trimestre (2T: +3,6% intertrimestral).
En contraste con la contracción trimestral, la economía se expandió un 1,5% interanual en el 3T, frente al crecimiento del 2,7% del trimestre anterior.
De cara al futuro, nuestro panel considera que la economía finlandesa está al borde de una recesión superficial, pronóstico del que se hace eco el Banco Central de Finlandia. La inflación siguió aumentando en octubre y noviembre, lo que debería agotar los presupuestos familiares y desalentar el gasto; los elevados costes de la energía durante el invierno mantendrán elevadas las presiones sobre los precios en los próximos meses. Además, el corte del suministro de gas ruso a principios de 2022 parece seguir afectando a la producción industrial de cara a la crisis energética invernal. Por último, la pérdida de comercio con Rusia y Bielorrusia se verá probablemente agravada por una ralentización en toda la UE, lo que es un mal presagio para el sector exterior.