Alemania: La economía alemana seguirá siendo frágil independientemente del resultado electoral
El 23 de febrero, Alemania celebra sus primeras elecciones federales anticipadas en casi 20 años. En noviembre, el canciller Olaf Scholz destituyó a su ministro de Finanzas -cuyo partido abandonó inmediatamente la coalición gobernante- por crecientes desacuerdos presupuestarios y, en diciembre, el Gobierno perdió un voto de confianza en el Bundestag.
Actualmente lidera las encuestas el partido de centro-derecha CDU/CSU, una alianza entre la Unión Cristianodemócrata y su partido hermano bávaro, la Unión Socialcristiana. La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha subido al segundo puesto en las encuestas, seguida de cerca por el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Scholz y los Verdes. La CDU/CSU son los mejor situados para formar una coalición, ya que solo necesitan un gran partido adicional para alcanzar la mayoría. Lo más probable es una coalición CDU/CSU-SPD, aunque no se descarta una alianza con los Verdes.
La CDU/CSU hace campaña con una plataforma favorable a las empresas, prometiendo reducir los impuestos sobre la renta y las cotizaciones de los trabajadores, limitar el impuesto de sociedades al 25% y suprimir la exacción de solidaridad a las rentas altas. Además, proponen bajar los precios de la electricidad, flexibilizar la normativa ecológica de las empresas y reconsiderar la reintroducción de la energía nuclear para estimular un sector industrial aletargado. La CDU/CSU planea financiar estas medidas mediante recortes sociales y un sistema de inmigración más estricto, preservando así el límite constitucional de endeudamiento que sitúa el endeudamiento neto del Estado en el 0,35% del PIB anual; este último fue un punto desencadenante del colapso del último gobierno, ya que el SPD trató de eludirlo para tapar un déficit presupuestario.
Aun así, una coalición con el SPD o los Verdes obligaría probablemente a la CDU/CSU a renunciar a algunas reformas. Tanto el SPD como Los Verdes abogan por una mayor intervención del Estado y ayudas a los hogares con rentas bajas. El SPD probablemente intentaría recortar el IVA de los bienes esenciales y subir los impuestos sobre la renta de los hogares más ricos; los Verdes abogan por un impuesto multimillonario para financiar las subvenciones a la transición ecológica; y ambos desean elevar el salario mínimo a unos 15 euros por hora desde cerca de 13 euros. Además, ambos piden reformas de la quita de la deuda y están firmemente comprometidos con los objetivos de descarbonización del país. Por su parte, el SPD propone un fondo de inversión en infraestructuras de 100.000 millones de euros y una devolución fiscal del 10% a la inversión en equipamiento para apoyar al sector industrial. Los tres partidos han descartado asociarse con la AfD, que por tanto tiene pocas probabilidades de asegurarse un puesto en el Gobierno. No obstante, su creciente base de votantes ha llevado a la CDU/CSU a endurecer su postura sobre la inmigración, comprometiéndose a detener la inmigración ilegal, endureciendo las normas de ciudadanía y acelerando la deportación de los inmigrantes condenados. Además, la alianza planea tramitar las solicitudes de asilo en terceros países, una medida a la que se oponen tanto el SPD como los Verdes.
Independientemente del resultado, nuestros panelistas son pesimistas sobre las perspectivas económicas de Alemania, habiendo recortado sus previsiones de crecimiento para 2025 en 0,8 puntos porcentuales con respecto a hace un año. El debilitamiento del sector industrial seguirá lastrando la actividad, y se prevé un débil crecimiento del PIB tras dos años consecutivos de contracción. Además, es probable que los cambios políticos sean lentos, dado el enfrentamiento de las agendas económicas entre la CDU/CSU y los otros dos socios potenciales. Por otra parte, los retos estructurales -incluida la debilidad demográfica y la escasa inversión pública- seguirán ensombreciendo las perspectivas.
Sobre el resultado político, los analistas del EIU afirman: «Las elecciones anticipadas de febrero en Alemania darán lugar a un cambio de gobierno, del centro-izquierda al centro-derecha, pero la necesidad de un socio de coalición limitará los cambios políticos, y el principal impacto será un vacío de poder a principios de 2025. […] La economía registrará un crecimiento mínimo en 2025, tras cinco años de estancamiento. Alemania es el país de Europa más expuesto a los nuevos aranceles estadounidenses a la importación, y se enfrenta a problemas estructurales sin resolver, desde los elevados costes de la energía hasta la creciente competencia china», comentó Carsten Brzeski, de ING, sobre las perspectivas económicas: «Cada vez está más claro que, incluso en el mejor de los escenarios con reformas e inversiones, cualquier nuevo Gobierno no intentará revisar el viejo modelo económico empresarial, sino que tratará de rejuvenecer el antiguo […]. Sin embargo, una mirada más atenta a las propuestas muestra que a menudo son bastante superficiales y que la financiación de las ideas es cualquier cosa menos sólida.»