Japón: El Banco de Japón mantiene los tipos sin cambios en su reunión de abril
En su reunión del 28 de abril, el Banco de Japón (BoJ) mantuvo sin cambios su tipo de interés oficial en el -0,10% y mantuvo su objetivo de rendimiento de la deuda pública a 10 años en el 0,00%, tal y como esperaba el mercado. Para alcanzar el objetivo, el BoJ se compromete a comprar un número ilimitado de bonos del Estado como parte de su política de «control de la curva de rendimientos». Sin embargo, para sorpresa del mercado, el Banco redobló su objetivo de rendimiento de la deuda pública comprometiéndose a realizar compras diarias de bonos en caso necesario, lo que provocó la caída del yen a su nivel más bajo en 20 años. Esta medida contrasta fuertemente con las de los países homólogos del G7, que han insinuado con fuerza o han comenzado ya a normalizar su política monetaria. Mientras tanto, la inflación subyacente siguió aumentando en marzo, y las previsiones del Banco de Japón para el año fiscal 2022 se incrementaron en 0,8 puntos porcentuales, hasta el 1,9%, justo por debajo del objetivo del 2% fijado por el banco central.
En cambio, la decisión del BoJ se basó en la falta de inflación impulsada por la demanda. La inflación reciente se ha visto impulsada en gran medida por factores transitorios de empuje de los costes, como la reciente subida de los precios del petróleo. El Banco de Japón espera que la inflación vuelva a situarse por debajo del objetivo en el año fiscal 2023, en el 1,1%. También considera que los riesgos para el crecimiento económico están sesgados a la baja debido a la posibilidad de nuevos brotes de Covid-19, un endurecimiento repentino de las condiciones financieras mundiales y oscilaciones de los precios de las materias primas. La combinación de unas previsiones de inflación a medio plazo que se mantienen por debajo del objetivo y unas perspectivas económicas inciertas empujaron al BoJ a mantener la orientación de su política monetaria. Dado que su mandato finaliza en abril de 2023, el próximo ejercicio será la última oportunidad del gobernador Haruhiko Kuroda para ganar la batalla que Japón libra desde hace más de 30 años contra una inflación persistentemente baja.
De cara al futuro, el Banco de Japón mantuvo su tono moderado en su comunicado, afirmando de nuevo que «vigilará de cerca el impacto de Covid-19 y no dudará en adoptar medidas de relajación adicionales si fuera necesario», al tiempo que «espera que los tipos de interés a corto y largo plazo se mantengan en sus niveles actuales o más bajos».
En cuanto a las futuras medidas políticas, Min Joo Kang y Chris Turner, economistas de ING, comentaron: «En la conferencia de prensa, el gobernador Haruhiko Kuroda expresó cierta preocupación por el rápido ritmo de debilidad del yen japonés, pero reiteró que las divisas reflejaban los fundamentos de la economía y que la debilidad del yen sería positiva para la economía japonesa en su conjunto. […] El informe de perspectivas revisado recientemente muestra que se espera que el IPC (excluidos los alimentos frescos) aumente un 1,9% en el año fiscal 2022, pero baje al 1,1% en los años fiscales 2023 y 2024. La próxima reunión de política monetaria se celebrará los días 16 y 17 de junio.