Italia: La economía se contrae en el cuarto trimestre en medio de nuevas restricciones
En el cuarto trimestre, el PIB cayó un 2,0% respecto al trimestre anterior en términos desestacionalizados y ajustados por días laborables. Este resultado contrasta fuertemente con el histórico repunte del 16,0% intertrimestral del 3er trimestre y se ajusta en líneas generales a las expectativas del mercado, que esperaban una caída del 2,2%. La economía volvió a la contracción al introducirse restricciones más estrictas en octubre-noviembre, que se intensificaron durante el periodo navideño. Mientras tanto, en términos anuales, la economía se contrajo un 6,6% en el cuarto trimestre, empeorando respecto a la contracción del 5,1% registrada en el tercer trimestre. Tomando el año en su conjunto, el PIB se desplomó un récord del 8,9% en 2020, en contraste con el anémico aumento del 0,3% de 2019. La lectura del 4T reflejó una disminución de la producción en todos los sectores -primario, industria y servicios-, ya que las medidas de bloqueo pesaron sobre la actividad empresarial y el gasto de los consumidores. Por el lado de la demanda, los datos preliminares indican que tanto la demanda interna como la externa contribuyeron negativamente al crecimiento. El 3 de marzo se publicarán datos más detallados sobre las cuentas nacionales.
De cara a este año, el PIB debería recuperar parte de las pérdidas del año pasado, ya que la relajación gradual de las restricciones y el aumento de las entradas de fondos de la UE liberan el capital acumulado y el gasto de consumo, y la reapertura de las economías extranjeras alimenta la demanda exterior. Dicho esto, la pandemia ha asestado un duro golpe a la ya debilitada economía italiana y ha provocado un aumento del déficit fiscal y una mayor acumulación de la montañosa deuda pública, al tiempo que ha deteriorado los balances de los bancos. Los fondos de recuperación de la UE deberían reducir la probabilidad de turbulencias financieras, aunque la inestabilidad política y problemas de larga data como un sector público engorroso, reformas muy necesarias y favorables al mercado, impuestos elevados y un poder judicial lento ensombrecen las perspectivas de la economía italiana.
Comentando las perspectivas, Loredana Maria Federico, economista jefe para Italia de Unicredit, declaró: “En nuestro escenario de referencia, asumimos que las medidas de contención, basadas en diferentes clasificaciones a nivel regional, se mantendrán durante la mayor parte del 1T21, seguidas de un proceso de retroceso gradual, probablemente ayudado por la mejora de las condiciones meteorológicas. Esto implica que lo más probable es que la actividad en los sectores de servicios más expuestos no se recupere en el trimestre actual. […] Tememos que las empresas sigan mostrándose cautelosas a la hora de aumentar la producción en los primeros meses del año, al menos hasta que el proceso de vacunación se haya asentado más en Italia y Europa, dando lugar a una recuperación más afianzada de la demanda interna y externa (y, en particular, europea). Por consiguiente, esperamos que el PIB real vuelva a contraerse en el 1T21 y, por tanto, que Italia se enfrente a una nueva recesión técnica antes de que se inicie una recuperación en primavera, impulsada por la progresiva relajación de las restricciones y la mejora de la confianza ante las perspectivas de implantación de la vacuna. La velocidad de la recuperación dependerá de la marcha del proceso de vacunación, que aún es muy incierto.”