Francia: El PIB se estanca en el cuarto trimestre
La economía francesa se estancó en términos intertrimestrales desestacionalizados por segundo trimestre consecutivo en el cuarto trimestre. En términos anuales, el crecimiento económico subió al 0,7% en el cuarto trimestre, frente al aumento del 0,6% del periodo anterior. En el conjunto de 2023, la economía creció un 0,9%, muy por debajo del 2,5% de 2022.
El consumo privado se contrajo un 0,1% en el cuarto trimestre, lo que supone el peor resultado en un año (tercer trimestre: +0,5% interanual intertrimestral). Además, la inversión fija se contrajo un 0,7% en el cuarto trimestre, lo que supone el peor resultado desde el segundo trimestre de 2020 (tercer trimestre: +0,2% intertrimestral). En cambio, el crecimiento del consumo público se mantuvo estable en el 0,3% del 3T. En consecuencia, la demanda interna, excluidas las existencias, restó 0,1 puntos porcentuales al crecimiento, lo que supone un deterioro respecto a la contribución de 0,4 puntos porcentuales del tercer trimestre. La desaceleración de la demanda interna se debió al endurecimiento de las condiciones de financiación; el BCE elevó su tipo de interés oficial a un máximo histórico del 4,50% en septiembre y lo mantuvo en ese nivel durante todo el trimestre. En el frente exterior, las exportaciones de bienes y servicios cayeron a un ritmo más suave del 0,1% en el cuarto trimestre (-0,6% intertrimestral en el tercer trimestre). Por el contrario, las importaciones de bienes y servicios cayeron a un ritmo más pronunciado del 3,1% en el cuarto trimestre (-0,4% intertrimestral en el tercer trimestre), lo que supone el peor resultado desde el primer trimestre de 2023. En consecuencia, el comercio exterior neto contribuyó en 1,2 puntos porcentuales a la lectura general, frente a una detracción de 0,1 en el tercer trimestre.
Según el consenso, el PIB crecerá a un ritmo menor en 2024 que en 2023. El menor crecimiento de la inversión fija lastrará las perspectivas. Sin embargo, la reducción de la inflación impulsará el gasto privado. Además, la recuperación de la demanda en la zona euro debería apoyar a los sectores industrial y exterior. El aumento de los tipos de interés, las tensiones políticas y el malestar social constituyen riesgos a la baja.
Charlotte de Montpellier, economista sénior de ING, comentó lo siguiente sobre las perspectivas: “De cara al futuro, hay pocos indicadores que sugieran que la economía vaya a repuntar con fuerza en el primer trimestre de 2024. De hecho, esperamos que persista el estancamiento. Por su parte, los analistas del EIU comentaron los riesgos para las perspectivas: “El principal riesgo para las perspectivas económicas en 2024 es que la economía francesa entre en recesión en los próximos trimestres. Existe el riesgo de que la repercusión de las recientes subidas de tipos en la economía real sea más contundente de lo que esperamos actualmente, y de que las condiciones financieras se endurezcan demasiado, provocando una contracción de la demanda de crédito tanto de los hogares como de las empresas.”