Estonia: El PIB registra en el cuarto trimestre la mayor contracción desde el segundo trimestre de 2020
El PIB disminuyó a un ritmo más pronunciado del 4,1% interanual en el cuarto trimestre, por debajo de la contracción del 2,9% registrada en el tercer trimestre. La lectura del cuarto trimestre marcó el peor resultado desde el segundo trimestre de 2020.
En el ámbito nacional, el deterioro se debió al debilitamiento del consumo. El gasto privado se contrajo un 1,9% en el cuarto trimestre (-0,8% interanual en el tercer trimestre); el poder adquisitivo de los hogares disminuyó en el trimestre, ya que la inflación aumentó a un ritmo más de dos veces superior al de los salarios. Además, el consumo público cayó un 1,3% (3T: +0,6% interanual). Más positivo fue el repunte de la inversión en capital fijo, que alcanzó el 13,1% en el cuarto trimestre, frente al 1,7% del trimestre anterior, probablemente gracias a la financiación de la UE y al importante sector de la información y las comunicaciones de Estonia. Mientras tanto, el sector exterior se resintió de la ralentización de la demanda externa que afectó a la mayor parte de Europa: Las exportaciones de bienes y servicios cayeron un 6,5% anual en el cuarto trimestre, lo que contrasta con la expansión del 4,4% del tercer trimestre. Además, el crecimiento de las importaciones de bienes y servicios se moderó al 3,3% en el cuarto trimestre (+6,0% interanual en el tercer trimestre), lo que apunta a la atonía de la demanda interna. A su vez, en términos intertrimestrales desestacionalizados, la actividad económica cayó un 1,6% en el cuarto trimestre, frente a la contracción del 1,3% del trimestre anterior. La lectura del 4T marcó el cuarto trimestre consecutivo de crecimiento negativo y la profundización de la recesión.
De cara al futuro, nuestro panel sigue considerando que la economía se contraerá hasta el segundo trimestre de 2023. Los persistentes vientos en contra derivados de las elevadas presiones sobre los precios, el endurecimiento de las condiciones monetarias y un panorama exterior sombrío en medio de la ralentización de Europa sofocarán la actividad económica. Por ello, la economía en 2023 debería registrar una de las cifras de PIB más débiles de la zona euro en su conjunto. Sin embargo, se prevé un fuerte repunte en 2024. Los precios europeos de la energía, las perspectivas económicas mundiales y los efectos adicionales de la guerra de Ucrania son factores clave que hay que vigilar. Los analistas de Swedbank comentaron las perspectivas:
“[Esperamos] que las oportunidades de crecimiento económico mejoren en la segunda mitad del año, y que el PIB anual en 2023 se mantenga en el nivel del año anterior, en términos reales. La ralentización de la inflación se traducirá en una recuperación del poder adquisitivo, mientras que la mejora prevista de la demanda exterior favorecerá a las empresas locales que participan en la cadena de valor del sector exportador. Aunque esperamos que los refugiados ucranianos contribuyan menos a la economía estonia que los residentes locales, su gran número contribuirá a la creación de valor añadido y al consumo final.”