Egipto: El Banco Central se muestra prudente y mantiene los tipos en abril
En su reunión de política monetaria del 28 de abril, el Banco Central de Egipto (BCE) mantuvo sin cambios los tipos de interés de los depósitos a un día, los préstamos a un día y las operaciones principales, en el 8,25%, el 9,25% y el 8,75%, respectivamente. La decisión del Banco se produjo en un contexto de estabilización de las presiones inflacionistas a principios de año, con una inflación del 4,5% tanto en febrero como en marzo, por debajo del objetivo mínimo del 5,0%. Sin embargo, con un tono de preocupación, el Banco señaló que la subida de los precios internacionales de los alimentos y el petróleo constituía un riesgo al alza para la trayectoria de los precios. No obstante, dado que la recuperación económica está cobrando impulso -los datos publicados recientemente confirman que la economía creció un 2% anual en el periodo octubre-diciembre de 2020 (julio-septiembre: +0,7% interanual) en un entorno exterior que mejora en general-, el Banco decidió que tenía margen suficiente para mantener los tipos sin cambios.
De cara al futuro, el CBE reafirmó en su comunicado que «no dudará en utilizar todas las herramientas disponibles para apoyar la recuperación de la actividad económica, dentro de su mandato de estabilidad de precios».
En cuanto a las perspectivas, Jacques Nel, responsable de macroeconomía africana de Oxford Economics, considera que los tipos se mantendrán a corto plazo: «El comunicado del Comité de Política Monetaria mostraba un tono de preocupación por la subida de los precios de los alimentos y otras materias primas. Como importador neto de alimentos básicos y petróleo, el entorno de precios nacionales es vulnerable a las presiones de los precios internacionales. Por el contrario, Farouk Soussa y Rositsa Chankova, economistas de Goldman Sachs, prevén nuevos recortes: «Dadas las benignas perspectivas de inflación, seguimos viendo razones de peso para recortar los tipos a corto plazo. Los tipos reales se mantienen en niveles históricamente altos, y significativamente superiores a los de la mayoría de los mercados emergentes. Creemos que unos tipos reales elevados pueden actuar como lastre para el crecimiento a medio plazo y contribuir a una sobrevaloración del EGP que podría obstaculizar la competitividad a largo plazo. También vemos argumentos fiscales a favor de unos tipos reales más bajos, que en nuestra opinión mejorarían la dinámica de sostenibilidad de la deuda. En nuestra opinión, la postura restrictiva del BCE refleja principalmente las incertidumbres relativas a las perspectivas exteriores. […] Sin embargo, somos optimistas en cuanto a las perspectivas de una recuperación mundial este año y, junto con el flujo continuo de noticias positivas procedentes de Egipto, creemos que esto debería aliviar las restricciones externas y permitir al BCE recortar los tipos, posiblemente en su próxima reunión de junio» La próxima reunión de política monetaria está fijada para el 17 de junio.