Australia: El crecimiento se refuerza en el segundo trimestre
La actividad económica aumentó un 0,9% en tasa intertrimestral desestacionalizada en el segundo trimestre, tras la expansión del 0,7% del trimestre anterior. El consumo privado creció un 2,2% en el segundo trimestre, igual que en el primero, debido al fuerte aumento del gasto de los hogares en viajes y hostelería y a la disminución de la ratio ahorro-ingresos. Sin embargo, la inversión fija aumentó a un ritmo más suave del 0,2% en el segundo trimestre, frente a la expansión del 0,7% registrada en el trimestre anterior. La inversión fija se vio frenada por la caída de la inversión en viviendas, obstaculizada a su vez por las adversas condiciones meteorológicas y la prolongada escasez de materiales y mano de obra. Por su parte, el consumo público se contrajo un 0,8% en el segundo trimestre (T1: +2,6% intertrimestral).
En el frente exterior, las exportaciones de bienes y servicios aumentaron un 5,5% en el segundo trimestre (T1: -0,8% intertrimestral), apoyadas por el aumento de las ventas al exterior de minerales, combustibles minerales, bienes rurales y servicios de viajes y transporte. Por su parte, las importaciones de bienes y servicios aumentaron un 0,7% en el segundo trimestre (T1: +11,3% intertrimestral). En conjunto, el comercio neto contribuyó en 1,0 puntos porcentuales a la expansión intertrimestral. Mientras tanto, en términos anuales, el crecimiento del PIB se aceleró hasta el 3,6% en el segundo trimestre, desde el 3,3% del primer trimestre.
Lee Sue Ann, economista de UOB, comentó: «Los últimos datos del PIB siguen dibujando un panorama general positivo para la economía australiana, tras un comienzo de año difícil. Por su parte, Robert Carnell, analista de ING, comentó: «Es probable que el próximo trimestre se produzca un impulso de la acumulación de existencias, dada la reducción aparente este trimestre, por lo que podríamos estar ante otra cifra general similar de alrededor del 1,0% intertrimestral en el 3T22. De ser así, el crecimiento del PIB para todo el año 2022 se situaría por encima del 4%, lo que no favorecería una rápida reducción de la inflación y podría indicar que los tipos tendrán que subir y mantenerse más altos durante más tiempo para alcanzar el objetivo del RBA».