Zona euro: El BCE mantiene la senda de normalización gradual en abril
En su reunión del 14 de abril, el Banco Central Europeo (BCE) no introdujo cambios en sus principales instrumentos de política monetaria. Confirmó que espera que las compras netas de activos como parte de su programa de compra de activos (APP) concluyan en el tercer trimestre, con compras netas por un total de 40.000 millones de euros en abril, 30.000 millones de euros en mayo y 20.000 millones de euros en junio. El BCE ya había concluido las compras netas de su otro programa principal de relajación cuantitativa -el programa pandémico de compras de emergencia (PEPP)- a finales de marzo. Mientras tanto, el BCE mantuvo los tipos de las operaciones principales de financiación, la facilidad marginal de crédito y la facilidad de depósito en sus mínimos históricos respectivos del 0,00%, el 0,25% y el -0,50%.
La medida sorprendió a algunos inversores y llevó al euro a su nivel más bajo frente al dólar desde mayo de 2020. Las presiones inflacionistas han seguido aumentando, ya que la invasión rusa de Ucrania está avivando aún más la inflación de los costes de la energía y los alimentos. Además, las subidas de precios se han generalizado en medio de la reapertura de las economías de la eurozona tras las restricciones de Covid-19 y los prolongados cuellos de botella en el suministro. La Gobernadora del BCE, Christine Lagarde, reconoció en rueda de prensa que los riesgos al alza para la inflación «se han intensificado, especialmente a corto plazo». A la inversa, la Gobernadora también señaló que los riesgos a la baja para el crecimiento han «aumentado sustancialmente», lo que probablemente empuje al BCE a mantener su enfoque gradual para normalizar la orientación de su política monetaria. El impulso económico se está viendo frenado por la guerra en Ucrania, la subida de los precios de las materias primas y las dificultades de la cadena de suministro. Las políticas fiscales expansivas, el ahorro acumulado y la buena salud de los mercados laborales podrían compensar en cierta medida estos lastres de la actividad. Las orientaciones del Banco se mantuvieron en general sin cambios; reiteró que los tipos sólo cambiarían «algún tiempo» después del fin de las compras netas en el marco del APP y que cualquier cambio sería «gradual», dejando la puerta abierta a una posible subida de los tipos de interés este año.
Al comentar la decisión del BCE, Carsten Brzeski, responsable global de macroeconomía de ING, señaló: «El BCE continúa con su normalización muy gradual, que en nuestra opinión está poniendo fin a las compras netas de activos durante el verano y a la era de los tipos de interés negativos antes de finales de año. Hasta la próxima reunión del BCE pasarán ahora ocho semanas, una cifra sin precedentes (lo normal son seis semanas). Pueden pasar muchas cosas hasta esta reunión de junio. Pero con otra ronda de proyecciones macro en junio y recordando que en estos tiempos de gran incertidumbre el BCE siempre intentará vincular decisiones cruciales a nuevas proyecciones macro, esperamos que el BCE detenga las compras netas de activos en julio y empiece a subir los tipos de interés en septiembre. […] Será una normalización a paso de tortuga».