Zona euro: El BCE aprieta más de lo previsto y lanza una nueva herramienta antifragmentación en julio
En su reunión del 21 de julio, el Banco Central Europeo (BCE) subió los tipos de interés de las operaciones principales de financiación (hasta el 0,50%), la facilidad marginal de crédito (hasta el 0,75%) y la facilidad de depósito (hasta el 0,00%) en 50 puntos básicos cada una desde sus mínimos históricos respectivos. La subida, que sorprendió al alza al mercado, pone fin a un experimento de ocho años con costes de endeudamiento por debajo de cero, y representa la primera subida desde 2011, así como la mayor desde el año 2000, justo después de la creación del euro. El Banco también dio a conocer un nuevo programa de compra de activos, el Instrumento de Protección de la Transmisión (IPT). La herramienta está diseñada para hacer frente a la fragmentación del mercado de bonos de la zona del euro, evitando el aumento de los costes de endeudamiento de algunos países y previniendo otra crisis de deuda de la zona del euro. En el marco del TPI, el Banco comprará valores públicos en el mercado secundario para los países que experimenten un “deterioro de las condiciones de financiación que no esté justificado por los fundamentos específicos del país”.
El BCE declaró que las compras en el marco del TPI son potencialmente ilimitadas. Las condiciones para acceder al instrumento incluirán el cumplimiento de las normas fiscales de la UE y las condiciones del fondo de recuperación, y el acceso dependerá también de la sostenibilidad de la deuda pública y de la solidez de la política macroeconómica.
La doble decisión representa un acto de equilibrio entre los miembros más moderados y los más duros del Consejo de Gobierno: Una subida superior a la anunciada anteriormente fue el precio que tuvieron que pagar las palomas por el despliegue del TPI. La decisión de subir los tipos tiene por objeto hacer frente al aumento de la inflación, incluso mientras se incrementan los riesgos de recesión. Las presiones inflacionistas han seguido intensificándose, ya que la invasión de Ucrania por Rusia interrumpe el comercio y las cadenas de suministro, haciendo subir los precios de la energía y las materias primas. Además, las subidas de precios se han generalizado a medida que los mayores costes energéticos y de producción se filtran a los precios de consumo básicos.
Las orientaciones del Banco fueron algo más moderadas que en junio, ya que afirmaron que el abandono de los tipos de interés negativos “permite al Consejo de Gobierno adoptar un enfoque de las decisiones sobre los tipos de interés reunión por reunión”. Es probable que se produzcan nuevas subidas de tipos este año -el Banco declaró que en las próximas reuniones “será apropiado continuar con la normalización de los tipos de interés”-, pero el momento y la magnitud de dichas subidas dependerán de la evolución de los precios y de las perspectivas de inflación. En relación con la decisión del BCE, Carsten Brzeski, director global de macroeconomía de ING, señaló: “La decisión de hoy se ajusta a nuestra opinión anterior de que se está cerrando rápidamente la ventana para que el BCE continúe con lo que Lagarde, en junio, todavía había denominado un largo viaje. Esperamos que el BCE lleve a cabo otra subida de tipos de un total de 50 puntos básicos antes de que comience el invierno. A partir de entonces, actualmente no esperamos más subidas de tipos. La próxima reunión de política monetaria está prevista para el 8 de septiembre.