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A mediados de abril, Irán lanzó una andanada de cohetes y aviones teledirigidos contra Israel, un ataque directo sin precedentes que marca una importante escalada de tensiones entre los dos eternos enemigos geopolíticos. Sin embargo, aunque las amenazas externas a la economía iraní han aumentado, el sector energético del país parece ir viento en popa, y las noticias destacan que las exportaciones de petróleo iraní han alcanzado recientemente su nivel más alto en seis años. En este doble contexto, ¿qué creen nuestros panelistas que le espera a la economía iraní?
Aumentarán las exportaciones de petróleo iraní
Nuestro Consenso es que la producción de petróleo de Irán alcance una media de 3,1 millones de barriles diarios este año, lo que supondría la lectura más alta desde 2018 -el año en que el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se retiró del acuerdo nuclear y reimpuso sanciones a Teherán-. Esto contrastará fuertemente con los otros grandes exportadores de petróleo de Oriente Medio, que a diferencia de Irán están sujetos en su mayoría a las restricciones de la OPEP: Se prevé que la producción de Irak, Kuwait, Arabia Saudí y los EAU disminuya este año. En consecuencia, la economía iraní debería crecer más rápidamente que la media de Oriente Medio y el Norte de África en 2024.
Las nuevas sanciones serán ineficaces
Aunque se dice que los países occidentales están preparando nuevas sanciones contra el sector petrolero iraní, es probable que no den en el blanco, dada la considerable experiencia y habilidad de Irán para evitar las sanciones, y el hecho de que casi todo el petróleo del país ya se vende a China, no a Occidente. Además, es poco probable que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, presione con fuerza para hacer cumplir las sanciones, dado que una menor oferta de petróleo podría espolear las ya persistentes presiones inflacionistas y mermar así sus posibilidades de vencer a Trump en las elecciones de noviembre.
La economía iraní se moderará internamente
Puede que el deterioro de la geopolítica no perjudique demasiado al sector petrolero, pero no ocurre lo mismo con la demanda interna. La moneda nacional se ha depreciado más de una cuarta parte en lo que va de año en el mercado paralelo como consecuencia de las tensiones políticas, lo que dejará a Irán con el poco envidiable récord de tener este año la segunda tasa de inflación más alta de la región, después de Líbano, según nuestros panelistas. Esto agravará las ya difíciles condiciones económicas nacionales y afectará a su vez al gasto de los consumidores y a la inversión.
El conflicto con Israel es el elefante en la habitación
Por supuesto, las previsiones de nuestros panelistas asumen que no habrá una guerra total entre Irán e Israel. Si esto ocurriera -lo que no está descartado, dado el liderazgo militar de línea dura en ambos países y el alto riesgo de un error de cálculo político- todas las apuestas se cancelarían, y la economía de Irán diría adiós rápidamente a su actual capacidad de recuperación.
Opiniones de nuestros panelistas
En cuanto al sector petrolero, los analistas de Goldman Sachs afirmaron:
«Estimamos que la producción de crudo iraní ha aumentado unos 0,6 mb/d (o más del 20%) en los dos últimos años. Si el mercado pusiera en precio una mayor probabilidad de reducción del suministro de Irán, esto podría contribuir a una mayor prima de riesgo geopolítico. […] Aunque la prima de riesgo geopolítico -la compensación que exigen los inversores por el riesgo de que las perturbaciones geopolíticas reduzcan el suministro de petróleo- es difícil de calcular, nuestra estimación aproximada, basada en nuestro marco de fijación de precios y en el coste de la cobertura, se situaría en torno a 5-10 $/bbl».
En cuanto a la situación económica interna, los analistas de EIU afirman:
«Las graves dificultades económicas y la política exterior de confrontación de la que se derivan principalmente seguirán creando un profundo descontento público a lo largo de 2024-28, desencadenando repetidos brotes de agitación social. La sensación de asedio del régimen por parte de fuerzas hostiles tanto nacionales como internacionales impulsará una represión cada vez más dura.»
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