El PIB disminuye a un ritmo más suave en el primer trimestre

Según una estimación preliminar, el PIB se contrajo a un ritmo más lento del 10,5% interanual en el primer trimestre de 2023, lo que supone una mejora con respecto al descenso del 31,4% observado en el cuarto trimestre del año pasado.

A falta de un desglose por sectores, la menor caída de la actividad se debió probablemente a un deterioro menos pronunciado del sector exterior, con una disminución de las exportaciones de mercancías del 23,2% en el primer trimestre (-43,4% en el cuarto). Por otra parte, la mejora de la confianza de los consumidores, las menores presiones sobre los precios y el repunte de las importaciones de mercancías apuntan a una firmeza del gasto privado. No obstante, la economía ucraniana siguió lastrada por la invasión rusa, manteniéndose en terreno contractivo. Mientras tanto, sobre una base secuencial, la actividad económica repuntó: El PIB creció un 2,4% intertrimestral en el primer trimestre, frente al 4,7% del cuarto trimestre de 2022.

Tras un primer trimestre mejor de lo previsto, se prevé que la economía se recupere en términos interanuales a partir del segundo trimestre. Sin embargo, las perspectivas para el próximo año siguen siendo inciertas y los riesgos se inclinan a la baja. Dado que la mayor parte de la actividad industrial se desarrolla en la parte oriental del país, que ha sufrido algunos de los daños más graves, la producción manufacturera seguirá siendo moderada. La producción agrícola también se verá presionada por la guerra, debido al debilitamiento de las plantaciones y a la previsión de una cosecha más escasa; la destrucción de la presa de Kakhovka a principios de junio probablemente reducirá aún más la actividad del sector. Además, la incertidumbre sobre la Iniciativa de Cereales del Mar Negro frenará la recuperación de las exportaciones. Dicho esto, un fuerte estímulo fiscal y una amplia ayuda exterior sostendrán la economía este año.

Los analistas del EIU comentaron las perspectivas: «La estabilidad de los flujos financieros exteriores y el retorno de algunas actividades empresariales en las zonas occidentales del país explican por qué no esperamos otro año de crecimiento negativo. Sin embargo, la destrucción de infraestructuras energéticas críticas, junto con la persistencia de fuertes hostilidades en el sur y el este del país, representarán un importante lastre para la economía. […] Nuestra previsión lleva aparejada una gran incertidumbre y el riesgo de otra contracción en 2023, sobre todo porque Rusia sigue empeñada en infligir graves daños a la economía ucraniana.»