El Canciller anuncia nuevas ayudas fiscales en la Declaración de Primavera, pero insuficientes para compensar la contracción del coste de la vida

El 23 de marzo, el Canciller Rishi Sunak presentó su Declaración de Primavera -una especie de mini-presupuesto- y desveló algunos recortes fiscales para apoyar a los consumidores. Sin embargo, estas medidas no bastarán para contrarrestar totalmente el impacto de la subida de la inflación en el poder adquisitivo de los consumidores. Al mismo tiempo, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR) -el organismo independiente de control fiscal- revisó al alza sus previsiones de déficit fiscal para 2022-2023 (del 1 de abril de 2022 al 31 de marzo de 2023) con respecto a las proyecciones realizadas en octubre. El apoyo político a los hogares ascenderá a 18.000 millones de libras (24.000 millones de dólares), y el Canciller anunció un recorte del impuesto sobre los carburantes y un aumento del umbral para cotizar a la Seguridad Social, además de las rebajas anunciadas anteriormente para las facturas de la luz y el impuesto municipal. No hubo anuncios dignos de mención en materia de gasto, ya que es probable que el Gobierno se mantenga a la expectativa, dadas las grandes fluctuaciones de los mercados mundiales de la energía. Así pues, el gasto en términos reales será inferior al previsto en el presupuesto de otoño del Gobierno.

El resultado es que el nivel de vida de los hogares seguirá sufriendo: Es probable que la inflación se dispare en los próximos meses debido a la subida del límite máximo de la energía que Ofgem aplicará a partir de abril y al aumento de los precios del petróleo y la agricultura, mientras que el tipo de las cotizaciones a la Seguridad Social también subirá a partir de abril a pesar del umbral más alto. El OBR prevé que la renta real disponible caiga un 2,2% en 2022-2023, y que no recupere sus niveles anteriores a la pandemia hasta 2024-2025. Además, el impacto de las nuevas medidas fiscales -junto con un aumento de los costes del servicio de la deuda debido a la subida de la inflación y los tipos de interés- es un mayor déficit fiscal del 3,9% en 2022-2023 (proyección anterior del OBR: déficit del 3,3%). Sin embargo, el OBR prevé ahora un déficit menor a partir de 2023-2024, debido a la fuerte recaudación tributaria prevista.

Kallum Pickering, economista sénior de Berenberg, dio su opinión sobre la Declaración de Primavera: «Las modestas medidas inmediatas […] proporcionan cierto apoyo allí donde se necesita mientras que no añaden mucho a los riesgos de inflación. […] El Canciller está creando margen para relajar agresivamente cuando llegue la próxima recesión. Si el Reino Unido vuelve a registrar un crecimiento sólido una vez que se haya disipado el doble impacto de la guerra de Putin y el aumento de la inflación (que se ha visto agravado por la guerra, pero que la ha precedido), esperaríamos que el Canciller anunciara modestos recortes fiscales justo antes de las próximas elecciones generales previstas para mayo de 2024.»