Brasil: La actividad económica se recupera en agosto
La actividad económica (indicador del PIB) repuntó en agosto, con un aumento del 0,4% en términos intermensuales desestacionalizados, tras tres contracciones consecutivas, incluida una caída del 0,5% el mes anterior. En relación con las cifras del mes anterior, en agosto mejoraron los indicadores del sector industrial (+0,8% en términos intermensuales desestacionalizados, frente al -1,0% de julio) y del sector servicios (+0,2%, frente al -0,3% de julio), que representa aproximadamente el 60% del PIB. Por el contrario, el sector agrícola se deterioró en agosto (-1,9% frente a -0,6% en julio). En términos interanuales, la actividad económica aumentó un 0,1% en agosto, tras un incremento del 1,2% el mes anterior.
A pesar de la recuperación de la actividad económica en agosto, nuestros panelistas prevén ahora que la economía se estanque en gran medida en el tercer trimestre sobre una base intertrimestral desestacionalizada y que se mantenga moderada en el cuarto trimestre, ya que el ciclo de endurecimiento de la política monetaria del Banco Central sigue pesando sobre la demanda interna. En general, el crecimiento del PIB será inferior a la expansión de 2024 en 2025, antes de desacelerarse aún más en 2026 hasta su nivel más bajo en la era post-pandemia; nuestros panelistas esperan que la política monetaria restrictiva y la inflación por encima del objetivo pesen sobre el crecimiento del consumo privado y la inversión fija. Además, el enfriamiento de la producción agrícola frenará el crecimiento de las exportaciones. Dicho esto, la solidez del mercado laboral y los posibles estímulos de cara a las elecciones generales de 2026 deberían prestar cierto apoyo a la demanda interna. Las condiciones meteorológicas extremas que afectan a la producción del sector primario constituyen un riesgo a la baja.
Alberto Ramos, economista de Goldman Sachs, considera que los siguientes factores configurarán la actividad económica en el futuro: «De cara al futuro, esperamos que la actividad real se beneficie de las transferencias fiscales federales a los hogares de bajos ingresos con una alta propensión al consumo, la expansión de la renta real disponible laboral y no laboral de los hogares y los nuevos programas de préstamos con garantía de nóminas; todo ello mitigado por unas condiciones monetarias y financieras internas restrictivas, altos niveles de endeudamiento de los hogares y bajos niveles de holgura económica (tasa de desempleo por debajo de la NAIRU y brecha de producción en territorio positivo).»