Rusia: El crecimiento económico cae en el primer trimestre a su nivel más bajo en dos años
Según una lectura preliminar, a principios de 2025, la economía sintió la presión de la guerra prolongada, las sanciones, los elevados tipos de interés y la altísima inflación, con un crecimiento económico anual que se desplomó hasta el 1,4% en el primer trimestre. La cifra no alcanzó la expansión del 4,5% del cuarto trimestre de 2024, se situó por debajo de la media decenal de crecimiento anterior a la guerra de Corea (1,9%) y fue una de las más débiles de la era pospandémica, salvo las contracciones tras la invasión rusa de Ucrania.
A falta de un desglose detallado, los datos mensuales disponibles sugieren que la desaceleración fue generalizada en la economía no bélica. Por el lado de la producción, el crecimiento de la producción industrial fue el más débil desde el descenso inducido por la guerra en el primer trimestre de 2023, debido a nuevos descensos en el suministro de agua y la minería, además de la caída en picado del impulso de la industria manufacturera.
Por el lado del gasto, la demanda interna se mantuvo probablemente moderada. La inflación se situó en una media de dos dígitos por primera vez en más de dos años, mientras que el crecimiento de los salarios nominales se situó en enero-febrero en torno a la mitad de los niveles del cuarto trimestre de 2024. Esto, unido a unos tipos de interés históricamente elevados y a la persistente escasez de mano de obra, probablemente mermó la inversión en capital fijo y el gasto de los hogares; las ventas al por menor perdieron impulso en el primer trimestre. En el frente exterior, las exportaciones de mercancías entraron en contracción en el primer trimestre, deprimidas por las recientes sanciones occidentales al petróleo ruso, la principal exportación del país. Por su parte, las importaciones de bienes se contrajeron, probablemente como consecuencia de la debilidad de la demanda interna.
Nuestros panelistas prevén que la economía recupere un ligero impulso en el trimestre en curso, aunque el descenso de los precios del petróleo, que está afectando a los ingresos y al gasto públicos, podría poner en peligro esta previsión. El crecimiento económico seguirá desacelerándose en el segundo semestre.
En consecuencia, nuestro Consenso prevé que el crecimiento económico se reduzca a menos de la mitad a partir de 2024, situándose por debajo de la media de 10 años anterior a la pandemia, del 1,9%. La fatiga de la guerra superará los vientos de cola del gasto y la inversión relacionados con la guerra que impulsaron un sólido crecimiento en 2023-2024. Los lastres serán la inflación y los tipos de interés elevados, la escasez de mano de obra, las sanciones y unos ingresos por exportación más débiles. Con todo, las perspectivas dependen en gran medida de las negociaciones de paz, que podrían implicar una cierta relajación de las restricciones comerciales y de la escasez de mano de obra.
Los analistas del EIU comentaron: «Prevemos un crecimiento real del PIB del 1,8% para todo el año 2025. Esta cifra es inferior al objetivo del 2,5% fijado por el Gobierno. Aunque las conversaciones de paz pueden avanzar en el segundo semestre de 2025, cualquier repunte económico se verá limitado por problemas estructurales. El consumo interno seguirá bajo la presión de los altos tipos de interés, mientras que las exportaciones se enfrentan a los continuos retos de las sanciones y los bajos precios de las materias primas. La combinación de un crecimiento estancado y una inflación elevada limitará las opciones fiscales y puede obligar a adoptar medidas adicionales para aumentar los ingresos.»