Kenia: El crecimiento del PIB disminuye en el primer trimestre
El crecimiento del PIB se ralentizó hasta el 4,9% interanual en el primer trimestre, por debajo del 5,1% del cuarto trimestre de 2024. En términos intertrimestrales desestacionalizados, la economía creció un 0,8% en el primer trimestre, más de la mitad de la expansión del 1,7% del cuarto trimestre de 2024.
En cuanto a la producción, la desaceleración del crecimiento anual del PIB se debió a la ralentización del sector manufacturero, que creció un 2,1% en el primer trimestre (+3,9% interanual en el cuarto). Del mismo modo, el sector del transporte también se ralentizó, con una subida del 3,8% en el 1T, inferior a la expansión del 5,6% del 4T. El crecimiento del comercio al por menor y al por mayor se moderó al 5,4% en el primer trimestre (+6,4% interanual en el cuarto trimestre), y el crecimiento de los servicios de alojamiento y alimentación se redujo a menos de la mitad, al 4,1% (+10,9% interanual en el cuarto trimestre), debido a la menor llegada de turistas. Por otra parte, el sector agrícola, que representa más de una quinta parte del PIB, apoyó el crecimiento, aumentando un 6,0% anual en el primer trimestre (+4,3% interanual en el cuarto trimestre). Se trata de la mejor cifra desde el cuarto trimestre de 2023, gracias a unas condiciones meteorológicas favorables para la agricultura y la ganadería.
Nuestro consenso es que el crecimiento económico interanual se mantenga próximo a los niveles del primer trimestre hasta el tercer trimestre, antes de caer por debajo de la media de la década anterior a la pandemia, del 5,0%, en el último trimestre del año. En general, en 2025, el crecimiento del PIB superará al de 2024 -el más lento desde la pandemia- y es probable que vuelva a situarse por encima de la media regional del África subsahariana, gracias al estímulo de los recortes de los tipos de interés. Dicho esto, la creciente inestabilidad derivada de los disturbios civiles -provocados por la reciente brutalidad policial y el elevado coste de la vida- ha afectado a la confianza de los inversores. La consolidación fiscal y las perturbaciones meteorológicas adversas también plantean riesgos a la baja.