Ecuador: El PIB se contrae a un ritmo más suave en el cuarto trimestre
El PIB desestacionalizado disminuyó a una tasa anual más lenta del 0,9% en el cuarto trimestre, mejorando la contracción del 1,8% del tercer trimestre, pero marcando la cuarta contracción consecutiva. En consecuencia, en el conjunto de 2024, el PIB cayó un 2,0% (2023: +2,0%), lastrado por la violencia de las bandas, el cierre de pozos en el yacimiento petrolífero del bloque 43-ITT, la subida del IVA y la sequía más grave de los últimos 60 años. En términos intertrimestrales desestacionalizados, el PIB se recuperó, aumentando un 1,3% en el cuarto trimestre, lo que contrasta con el descenso del 0,3% del trimestre anterior y marca el mejor resultado desde el segundo trimestre de 2023.
A nivel nacional, la caída del gasto público se redujo al 0,8% anual en el cuarto trimestre (-1,0% interanual en el tercer trimestre), debido a los gastos previos a las elecciones presidenciales. Lo mismo ocurrió con la inversión fija en un contexto de tipos de interés más bajos, que se contrajo a una tasa más suave del 2,6% en el cuarto trimestre (3T: -5,2% interanual). Dicho esto, el crecimiento del gasto privado se desplomó hasta el 0,2% (3T: +3,0% interanual a.a.), lastrado por los frecuentes cortes de electricidad provocados por la peor sequía de los últimos 60 años. En el frente exterior, las exportaciones de bienes y servicios se recuperaron, creciendo un 3,5% interanual en el cuarto trimestre (3T: -4,8% interanual a.a.), probablemente impulsadas por el acuerdo de libre comercio entre Ecuador y China que entró en vigor unos meses antes. Por su parte, el crecimiento de las importaciones de bienes y servicios se aceleró hasta el 3,7% en el cuarto trimestre (3T: +1,8% interanual).
Nuestros panelistas han previsto un repunte en el primer trimestre, probablemente impulsado por el desembolso de 500 millones de USD del FMI y el gasto público previo a las elecciones.
En 2025 en su conjunto, nuestro consenso es que la economía vuelva a crecer tras el declive de 2024 debido a los repuntes en todos los componentes de la demanda interna. Dicho esto, el crecimiento se mantendrá por debajo de su promedio de la década pre-pandémica del 3,6% y entre los más débiles de América Latina, y los aranceles de importación de EE.UU. más altos de lo esperado y los precios del petróleo más bajos de lo esperado son riesgos a la baja.
Al comentar las perspectivas, Sergio Armella, de Goldman Sachs, declaró: «De cara al futuro, esperamos que el crecimiento se fortalezca en 2025. [Los vientos en contra derivados de un menor crecimiento mundial, el debilitamiento de la relación de intercambio debido a la caída de los precios del petróleo y la necesidad de una mayor consolidación fiscal constituyen un riesgo a la baja para la actividad. Sin embargo, tras los resultados electorales, esperamos que disminuya la incertidumbre política, lo que podría respaldar un consumo y una inversión más firmes.»