China: El crecimiento del PIB pierde fuelle en el segundo trimestre, pero supera las expectativas
El crecimiento del PIB se moderó al 5,2% interanual en el segundo trimestre, frente al 5,4% del primero, pero superó las expectativas del mercado. A pesar de las fricciones comerciales con Estados Unidos, la actividad económica se vio respaldada por la concentración de las exportaciones, la aceleración del crecimiento del crédito y un programa de intercambio de bienes de consumo nacionales. En términos intertrimestrales desestacionalizados, el crecimiento económico se redujo al 1,1% en el segundo trimestre, frente a la expansión del 1,2% del periodo anterior, lo que supone el peor resultado desde el segundo trimestre de 2024.
El sector servicios creció un 5,7% anual en el segundo trimestre, superando el aumento del 5,3% del primer trimestre. Por su parte, el sector industrial perdió fuelle y creció un 4,8% en el segundo trimestre (+5,9% interanual en el primer trimestre). Por último, el crecimiento del sector agrícola subió al 3,8% en el segundo trimestre, tras el aumento del 3,5% registrado en el trimestre anterior.
Nuestro consenso es que el crecimiento del PIB se sitúe en una media próxima al 4% en el segundo semestre, tras las cifras superiores al 5% observadas en el primero, a medida que la concentración de las exportaciones siga su curso y el gasto privado pierda impulso.
Los analistas de Nomura resumieron los factores que probablemente influirán en los resultados del segundo semestre: «Vemos un desplome de la demanda en el segundo semestre, impulsado por múltiples factores. Las nuevas medidas de austeridad que comenzaron a mediados de mayo están ahora en pleno vigor, reduciendo los restaurantes de nivel medio y alto y recortando las ventas de alcohol. El efecto de recuperación de las fuertes ventas de bienes duraderos, que se vieron reforzadas por el programa de «canje» el año pasado, está a punto de materializarse, aunque el momento exacto sigue siendo algo incierto. La campaña para hacer frente al exceso de capacidad, especialmente en el sector de las energías verdes, por fin ha comenzado, y aunque esto es bueno para la salud final de estos sectores, su impacto a corto plazo implica una reducción de la demanda de materias primas y una caída de la inversión. La ralentización del crecimiento de las exportaciones podría agravarse…, gracias a los aranceles estadounidenses, al fin de los envíos reprimidos tras la tregua arancelaria y a la amortización de anteriores anticipos. Por último, el sector inmobiliario sigue inmerso en graves problemas, y el descenso del volumen de ventas y de los precios se ha agravado recientemente.»